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DE MADRID A NAPOLES

las naciones como la cantera bruta de donde se arrancan las grandes virtudes, donde se tallan los más nobles caracteres, donde se conserva pura la fe, donde residen la savia y la fuerza que regeneran constantemente la sociedad? — Allí no babia tal pueblo : allí no babia más que escombros V escoria de seres envejecidos. Aquella pobreza parecía hija del juego y la bancarrota ó de la embriaguez y la pereza.

Por lo demás, pronto supe que la mayor parte de aquella gente allegadiza que obstruía los desembarcaderos, eran florentinos de la Capital. — La verdadera población de Liorna es muy diferente ; pues se compone de comerciantes de todos los países, de activos industriales y de riquísimos contrabandistas. — Los judíos, en número de 8,000, gozan de todos los derechos de ciudadanos; visten á la europea, y hablan perfectamente el español!

Las calles de Liorna son generalmente buenas. Entre ellas tiene fama una magnífica, llamada antes Via Ferdinanda y hoy Via Viltorio Emanuele.

La Plaza de Armas es también muy hermosa. — En ella hay un Monumento bastante notable, levantado en honor del gran duque Fernando I, que reinó de 1587 á l(i09, y á quien Liorna debe todo lo que es. — Aquel monumento se reduce á una gran Estatua del Príncipe, labrada en mármol, á cuyos píes están encadenados cuatro esclavos de bronce.

Liorna es una de las poquísimas ciudades de Italia que no han sido Corte en ningún tiempo. — Por esto, y por haber nacido ayer, como quien dice, destinada desde luego al tráfico y la industria, carece de obras de arte.

En cuanto á su historia , se reduce á dos palabras. Ha pertenecido al Gran Ducado de Toscana hasta que éste dejó de existir hace poco más de un año, y hoy forma parte del reino de Italia. — En 184S fue la primera que se sublevó contra la casa de Lorena.

Nosotros hemos estado alojados en un hotel que se ha llamado siempre Vittoria ; pero cuya muestra ha sido enmendada últimamente , convirtiendo la a de Vittoria en o y añadiendo después Emanuele con letras de diferente carácter. — Llámase, pues, hoy: Hotel-Vittorio-Emanuele...

R... o... ro; s... i .. sí; n... a... na: — ¡Rosina!

Durante las ocho horas que hemos permanecido en Liorna , nos ha obsequiado mucho el señor Cónsul de España. — Si por acaso llega á leer estas líneas, vea en ellas un humilde testimonio de mi gratitud y afecto.

Finalmente, Jussuf (que á la media hora de entrar en una ciudad sabe ya todo lo que hay en ella, todo lo que sucede, la topografía y la estadística, y hasta conoce á muchas personas) nos ha conducido á ver una maravilla que ha descubierto, y que él expresaba de esta manera: — ¡Venid á ver Marruecos!

El Marruecos de Jussuf era un gran Bazar Oriental , — el mejor que yo he visto hasta ahora, — en el que se venden toda clase de objetos anti-