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DE MADRID A NAPOLES

no es maravilla que el escritor encontrase aún á los patriotas italianos en estado de febril agitacion. Verdaderamente sería de desear que el mismo señor se tomase la molestia de hacer el viaje otra vez, y de ir á la misma fonda donde hace años recogió tantas noticias. Seguro estoy de que si encontraba alguno de sus comensales de entonces, se persuadiría, no so lamente de que aquel entusiasmo no ha ido en aumento, sino tambien de que no se habla hoy del Gobierno Estense como hablaban algunos en el año 1860. Vería sin duda clarísimamente que aquel brio y aquella esperanza han sido reemplazadas por el mayor abatimiento y por el desengaño más grande.

»Como las acusaciones fulminadas contra la dominacion Estense han sido rebatidas cien veces, paréceme que honraria demasiado la falsa relacion de viaje que tengo á la vista, si contestara y desvaneciera las falsedades que contiene. Escribiré solamente algunas líneas.

»Prescindiendo de las inexactitudes referentes á la historia y á la estadística, me limitaré á decir que el tirano Francisco IV, durante su reinado, que duró desde el año 1814 hasta el año 1846, hizo ajusticiar á ménos rebeldes que todos los demás soberanos á quienes la fama llamó generosos y liberales. El ódio que le profesan los revolucionarios se debe á la circunstancia de no haberse dejado engañar nunca por ellos, como tambien á la de no haber querido transigir jamás con la revolucion ni reconocer á los gobiernos creados por la misina. Si los demás soberanos, ó por lo menos algunos de ellos, hubieran imitado su ejemplo, es seguro que la revolucion no dominaria hoy en Europa.

»Por lo que hace al hijo y sucesor de Francisco IV, me bastará decir que durante los tres años de su reinado no condenó á ninguno á la pena capital.

»Con respecto á la Constitucion, no pudo retirarla, porque no la habia dado. Carece por consecuencia de fundamento el diálogo entre el Duque y los modeneses que el autor publica en su libro y somete á la consideracion de sus lectores: es parte de su fantasía poética. Me consta positivamente.

»El camino de hierro que alaba, suponiéndolo obra del Gobierno italiano, estaba casi concluido cuando partió S. A. R. el señor duque de Módena en junio de 1859. Prueba de ello es que aquel pudo inaugurarse muy pronto.

»Todo lo que me consta referente á la Constitucion, es que en 1848 declaró el Duque que habia concedido una forma de gobierno en consonancia con las adoptadas por los Estados limítrofes. Ahora bien. Como en el trascurso del tiempo que medió desde la restauracion de los gobiernos legítimos de Italia, despues de la revolucion de 1848, todos los Estados confinantes con el ducado de Módena, á escepcion del reino de Cerdeña, retiraron las Constituciones dadas, y restablecieron el gobierno absoluto, cesó la condicion establecida por Francisco V para concederla á sus súbditos. Y ciertamente que el gobierno de un pequeño Estado no hubiera