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DE MADRID A NAPOLES

innumerables las buenas pinturas que se admiran allí, suscritas por nombres desconocidos en toda Europa.

También se ven en la Academia muchos dibujos origidales de Leonardo de Vinci , Miguel Ángel y Rafael , entre los que se encuentran los bosquejos de casi todas sus grandes obras -¡Imaginaos el placer y el entusiasmo con que se contemplarán aquellos primeros gérmenes de tantas maravillas de arte!

No produce la misma emocion , sino otra muy dolorosa , por no decir repugnante, el ver bajo un fanal la mano derecha de Canova, negada á la madre tierra por el cruel sentimentalismo de un sacrílego entusiasmo. — Siempre se ha dicho que de lo sublime á lo ridículo no hay más que un paso... Pues bien: menos distancia media algunas veces entre la ternura y la ferocidad.

Conque acabemos, y resolvámonos á abandonar á Venecia.

Para ello dejaré de contaros mi visita á la Galeria Manfrini, donde vi dos magníficos retratos pintados por Ticiano, el uno de su madre y el otro de su amigo Ariosto.

También pasaré por alto la descripcion minuciosa del Arsenal, que pasa como uno de los primeros del mundo.

En él se ven á un tiempo las Armas y las Banderas conquistadas por la extinguida República, y el inmenso poder material con que el Austria pesa hoy sobre Venecia. — ¡Penosísimo contraste!

Allí he contemplado también un diminuto fac-simile del Bucentauro, del simbólico bajel de la ilustre Señoría. — Los venecianos quemaron el original cuando los franceses los libertaron del gobierno tiránico de los. Dux... — Temerario auto de fé, que puede considerarse como un suicidio

Una palabra no más acerca del famoso Mapa-mundi de Fra-Mauro, que se conserva en el Palacio de los Dux. — Este Mapa lleva una fecha anterior al descubrimiento del Cabo de Buena-Esperanza (1460), y, sin embargo, da una idea muy aproximada de todo el litoral de África, completamente desconocido para los navegantes de aquel tiempo, y hasta parece adivinar la existencia del Continente americano. — Yo recuerdo haber leido, creo que en César Cantú, que el célebre Toscanelli mostró este Mapa á su jóven discípulo Cristóbal Colon, asegurándole que asi comprendía él la forma de la Tierra. — Por consiguiente, el tal documento es un verdadero prodigio.

Mis paseos bajo los árboles del Jardin público, donde he visto jugar á los futuros ciudadanos de Venecia, acaso destinados á ser libres, presos hoy bajo la vigilancia de niñeras y criados; mi eypedicion á la Isla de San Cristóbal, sólo habitada por cadáveres, pues ella constituye el Cementerio de la ciudad; el dia inolvidable que pasé con H. de V. y con sir Arturo en la Isla de Murano, donde están las famosas Fábricas de espejos y de otras obras de cristalería en que Venecia no tiene rival hace muchos siglos; nuestras correrías por la Riva d' Schiavoni, acompañados del fantasma

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