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DE MADRID A NAPOLES.

lianos fingen no reparar en nada.—Los vencidos están tristes; pero no domados. —Asi es que todo el mundo conviene en que desean volver ú empezar...

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Llegamos al fin delante de Verona.

Verona se aparece al caminante precedida de muchas líneas de fortificacion,—fosos, parapetos y trincheras; —rodeada de sólidos muros, flan= queados de recias torres; —prolegida por un doble cinturon de fuertes «islados; —dominada por grandes palacios y un Castillo, —y defendida ade más por el anchuroso y profundo Adige, que cerca casi completamente la antigua Ciudad, separándola de una Isla y de un Barrio que llevan el nombre de Veronetta.

¡Yo soy el único viajero que se queda en Verona! Los demás siguen en el tren hácia Venecia, á donde llegarán á las once de la noche.

Despídome de H. de V., y quédome solo y triste, entre unos esbirros que examinan de nuevo mi pasaporte y mi equipaje, y unos cocheros que me nombran todos los hoteles y adbergui de Verona, brindándose á llevarme á ellos.

Casi estoy ya arrrepentido de haberme quedado.

Empieza á oscurecer.—La atmósfera está húmeda.—Este país es malsano.

Tengo trio...; pero un frio que me anuncia la fiebre.

—¿A dónde va usted á parar? me pregunta un comisario de po Jicía.

—Venga usted al Hotel de las Dos-Torres, me dice un cochero.

—No señor; al de la Torre de Lóndres, me aconseja otro.

—A la Gran Carina, añade Un tercero...

—becídase usted, continúa el comisario.—Yo me quedo con el pasaporte. Mañana á las diez se presentará usted en la Policía á recogerlo. Entre tanto, conserve usted este papel.

¡Qué nombres de hoteles! ¡Las Dos-Torres! ¡La torre de Lóndres!—Yo ereo que me dicen que elija prision.—¡Lo Gran Czarina! ¡Qué adulacion á la despótica Rusia! —¡Y además se quedan con mi pasaporte!...——Esto es cortarme las alas. ¡Ya no seré libre! ¡Ya no podré marcharme en el momento que se me antoje, ni sin decir el pueblo á dónde me dirijo!...— ¡Adios, pues, mi hermosa independencia! ¡En adelante seré esclavo de mi palabra y de las concesiones de un comisario!

—Vamos al hotel de Las Dos-Torres, exclamé por último.

El papel que me ha dado la policía dice asi,—en inglés, francés, aleman é italiano:

Il viaggiatore si presentará entro il termine de 24 ore all: T. R. Uffisio di Polizia per oltenere la vidimazione del suo pussaporto, od il permesso di soyyiornare in questa citlá.

¡El permiso de vivir en esta ciudad!...—¡Pobre Austria... y qué tra-