Yo sabia por mi parte que el Conde Camillo Benso di Cavour es uno de los hombres más ricos de Italia, y que su familia pertenece á la primera nobleza del Piamonte.
El pueblo turinés, que lo conoce, quiere y respeta mucho (á pesar de Garibaldi) , le llama generalmente : —Papá Camillo.
Concluyo por hoy diciéndoos que la duquesa florentina y las heroicas inglesas estaban en el teatro.
III.
IGLESIAS DE TURIN. — PALACIO DEL TASSO. — CALERÍA REAL DE CUADROS.
ESTARLECIMIENTOS PÚBLICOS. — ISABEL Y JUANA. — LA FOTOGRAFÍA. — UN AL- MUERZO CON ESPAÑOLES. — EL MUSEO EGIPCIO. — LA SUPERGA. — EL CEME.NTIL- RIO. — JUICIO DEL PIAMONTE.
Turin 3O de octubre.
Han trascurrido ocho dias.
Dentro de dos horas habré abandonado á Turin.
Me dirijo á Milán, pasando por Marengo y Pavía. -(Directamente, emplearía cuatro horas. Así emplearé treinta. Pero Marengo y Pavía biense merecen este rodeo.)
Mi amigo Iriarte se habrá embarcado en Genova coa dirección á Nápóles.
Va en busca de la guerra.
Yo he preferido por ahora la paz y el arte, y no pisaré el suelo napolitano sin haber visitado antes á Venecia, Florencia y Roma.
Jussuf seguirá en Turin esperando á Caballero.
En adelante, pues, viajaré solo, —lo cual debe de ser poco alegre.
Pero vamos al asunto; quiero decir, á lo pasado.
Durante esta última semana he recorrido y estudiado prolijamente á Turin.
Hé aquí mis principales observaciones y aventuras :
Empezaremos por las Iglesias.
La capital del Piamonte encierra ciento nueve templos católicos y uno protestante, y, entre todos ellos, no hay ninguno de primer orden.
La Catedral (San Juan Bautista) tiene una regular fachada del Renacimiento, y uu cuadro de Alberto Durero digno de atención. —El edificio comunica por un lado con el Palacio Real, y por otro con la famosa Capüla del Santo Sudario.
La Capilla del Santo Sudario es indudablemente la obra más notable que se debe á la devoción piamontesa. —Figuraos una gran rotonda de mármol negro, formada por una multitud de columnas, cuyas bases, así