Trayectoría de la condición social de las mujeres argentinas
de cien las egresadas. En 1911 se gradúa en Buenos Aires la primera abogada, Cecilia Tapias; en 1918 la primera ingenie- ra, y en 1919 la primera arquitecta. Para el año 1880, salvo en Buenos Aires y algunas ciudades del interior, la mayoría de las mujeres no sabían leer ni escribir. Hoy, niñas y varones concurren a la par a las escuelas y hay miles de maestras y cientos de universitarias en toda la República.
Los DERECHOS CIVILES
Al mediar el 1800 la sociedad argentina se desenvolvía bajo la influencia colonial. Primaban en la familia las costum- bres patriarcales.
Vélez Sársfield trabajaba en su monumental Código. Su mirada abarcaba la legislación universal y se esforzaba por leer en el futuro.
La legislación de Indias contenía escasas disposiciones le- gales referentes a las mujeres indígenas y en cuanto a las es- pañolas, se les aplicaban, las leyes de Castilla, según las de Toro. En el derecho de familia imperaba el sistema romano de supremacía del marido y subordinación de la esposa a la po- testad marital, otorgándole sólo algunos derechos, como el de testar.
Pesó demasiado sobre Vélez Sársfield la vida de las fa- milias de San Telmo, San Francisco y Santo Domingo o de la austera Córdoba.
Sabía que llegarían muchas familias extranjeras y para que pudieran desenvolverse en nuestro medio, trató de dar al- guna elasticidad a las normas que articuló.
¿Podemos reprocharle que su visión no alcanzara a vis- lumbrar que en 50 años más, la transformación social iba a ser tan profunda, que las normas del Código Civil, resultarían in- adecuadas, en cuanto a los derechos de las mujeres?
Los prejuicios y las costumbres de 1869 eran más restric-
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