LA CIUDADANA 13
Como las americanas lucharon por la libertad, las inglesas intervinieron en la politica activamente, antes de poder votar. Fundaron importantes asociaciones y prosiguieron su accién.
En 1903 aparece en la escena Miss Pankurst que imprime modalidades nuevas al movimiento.
Un nuevo tipo de feministas asombré al mundo: las sufra- gtstas.
Estaban decididas a hacerse oir y para ello echaron mano de métodos violentos y pintorescos. Ya no mas persuacién. Las sufragistas inglesas perdieron la paciencia cansadas de las vanas promesas de los politicos. Rompieron cristales, provo- caron desérdenes, lucharon a brazo partido con la policia, gritaron y escandalizaron en las calles de Londres.
El mas cruel ridioulo cayé sobre estas decididas mujeres que si bien desviaron la corriente del verdadero feminismo, imitando a los hombres en sus métodos y hasta en el vestir, hicieron una propaganda efectiva, despertando del letargo a muchas feministas en potencia que dormian por el mundo.
El mismo car-nino que habian de recorrer las mujeres de todos los paises, fué recorrido también por las inglesas: Con- vencer a los legisladores, presentar peticiones, interesar a la prensa; hasta que—extrafia paradoja—la guerra completé su campafia y en 1918 se otorgé el voto a las mujeres de mas de 30 afios, hasta equipararlas con los hombres, en 1928.
En FRANCIA, en plena Revolucién, Olympe de Gouges lanza su Declaracién de los derechos de la mujer y la ciudadana, en que con singular claridad expone las bases de un perfecto programa feminista.
Las mujeres de Francia siguieron luchando enardecidas por los Derechos del hombre sin preocuparse de los propios, hasta que la guillotina acallé la voz de Olympe de Gouges.
Condorcet clesenvolvié la doctrina feminista con profundo sentido filoséfico pero la legislacion de Napoleon, sofoco todo
intento de liberacién femenina.
