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LA CIUDADANA 121

Aparece una aspiracién, un deseo, un fin, un objeto, que experimentan a la vez varias personas. Cada una de ellas, individualmente se siente incapaz dc lograrlo. La razén les indica que uniendo el esfuerzo, la actividad, la energia, el tra- bajo o los medios de cada uno, podrian lograr el fin propues- to. Cada individuo tiene la conciencia, de que tendra que sa- crificar maneras o métodos que hubiera empleado individual- mente, pues es dificil una completa coincidencia. Busca la adhesion, la conformidad, la armonia, el renunciamiento par- cial de otros que también aspiren al mismo fin y constituyen la union. Se aunan las voluntades y surge una sola voluntad, Entonces recién deben contemplarse las circunstancias de lu- gar, modo, tiempo y forma que han de dar vida al ente abs- tracto que nace.

La fuerza de la asociacién reside en la calidad del vinculo o nexo social. La inviolabilidad de la persona humana, el res- peto al individuo, la integridad del asociado, permanecen in- célumes. El renunciamiento parcial es voluntario y conciente. Por eso los asociados se dan su propia ley que seré un con- trato 0 un estatuto en que disciplinan sus aspiraciones.

Los elementos éticos son fundamentales; sin el princi- pio de la solidaridad no podré mantenerse la union. El egoismo queda sofocado por su fuerza. La conciencia de la solidaridad humana se suma a los sentimientos de simpatia y amor al préjimo.

Vayamos a la Naturaleza a recoger sus lecciones. Kessler sostiene que al lado de la ley de la lucha reciproca, hay en la Naturaleza la ley de la ayuda reciproca y Darwin sefiala cémo, la lucha es reemplazada por la cooperacién.

Junto a la guerra entre especies diferentes, se observa una suma de ayuda reciproca y de mutua defensa entre animales de una misma sociedad siendo los mejor adaptados los que adquieren hébitos dc apoyo. Largos tratados se han escrito