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LA CIUDADANA 105

Las condiciones actuales de nuestro pais, su creciente des- arrollo industrial, el aumento notable de mano de obra fe- menina, hacen asimilables muchas experiencias recogidas en el extranjero e indican Ia conveniencia y oportunidad de la pro- gresiva implantacién de la retribucién equitativa del trabajo, por su propio valor, sin hacer distinciones que derivan del sexo de quien lo ejecuta.

Partiendo de la premisa de la justicia social no puede menos que sefialarse, que es esencialmente injusto pagar a, un trabajador un salario mas bajo que a otro que realiza el mismo trabajo.

Los salarios femeninos que descienden del nivel de vida del salario vital individual traen consecuencias graves de in- dole moral y fisica. La moral de las trabajadoras y por ende la de la familia, se reciente como secuela de una retribucién exigua.

La alimentacién inadecuada e insuficiente, una mantenida situacién de falta de medios, determinan un debilitamiento ge- neral de energias que trae la pérdida de salud y de capacidad para el trabajo que inciden en la menor resistencia fisica de la mujer y estén llarnadas a prolongarse en una descendencia débil y enfermiza.

Afin reconociendo las ventajas que reporta, se tropieza con grandes dificultades para la implantacién del “salario igual”.

19 la oposicién de los empleadores;

29 el viejo prejuicio colectivo de que el trabajo de la mujer es inferior al que realiza el hombre;

39 10s hébitos profundamente arraigados en las costum- bres de todos los paises;

49 la resistencia de la mujer a realizar trabajos fuera del hogar cuando no la impulsa la necesidad;