Esto que he dicho, hija mía te doy para tu doctrina, para que te sepas valer; y con esto hago contigo lo que debo delante de dios; y si lo pierdes o lo olvidas, sea a tu responsabilidad, que yo ya hice mi deber. ¡Oh hija mía muy amada, primogénita palomita, seas bienaventurada y nuestro Señor te tenga en su paz y reposo!
Al término de la fiesta Águila Nocturna le preguntó al sumo sacerdote, quien había inventado estos discursos; y Relámpago de la Noche le dijo:
—Hace muchos atados de años, de los que hoy nadie se puede acordar, Los Viejos Abuelos dejaron su sabiduría para que los hombres vivieran en armonía y equilibrio. Estas verdades y muchas otras más, que por ahora desconoces, son el legado más importante de nuestros antepasados y los nombramos en su conjunto Toltecáyotl. A pesar del tiempo siguen vigentes y lo seguirán, porque el corazón del ser humano no cambia.
La Batalla Florida es y seguirá siendo la misma. En la vida no se necesita ser "malo" para caer en los abismos de la degradación humana. Basta tan solo con "soltarse", en aflojar la fuerza espiritual que nos sostiene en el mundo, para que la inercia de nuestra materia, nos conduzca veloz, a los infiernos de nuestra estupidez.
La mujer y el hombre conforman la unidad. Pares opuestos y complementarios. Lo que tiene uno, le falta al otro el inversamente. Cada uno necesita del otro, para vivir y lograr la plenitud y la armonía.
Los Viejos Abuelos nos dejaron para la eternidad este y otros conocimientos en las grecas. Debes observarlas con detenimiento. Para los ojos profanos solo son dibujos o grabados decorativos. Para nosotros, significa un recordatorio permanente de nuestros conocimientos, una norma de vida, misma que nos ayuda a acercarnos a la virtud, —y al decir esto, Relámpago de la Noche le señaló las grecas que decoraban la barda de La Casa de la Medida adonde iban llegando en esos momentos.