Una noche Serpiente de Fuego se llevó a los jóvenes, a lo más alto de un cerro cercano. Desde las alturas, gracias a una brillante luna de cuarto creciente, se veían las montañas que rodeaban a su pueblo. A pesar de la luz de la luna, se veían algunas estrellas en el cielo y en el pueblo se alcanzaban a distinguir las antorchas que iluminaban algunos recintos. Serpiente de Fuego les pidió a sus alumnos que se relajaran y que redujeran al máximo su respiración y sus pensamientos. Entonces les dijo:
Quiero decirles algo que en principio resulta difícil entender. A partir de ahora, les pido que olviden todo lo que han aprendido. Deben entender que ustedes representan el fruto por florecer de toda la comunidad. Ustedes han entrado a otro nivel de conocimiento. Ya no serán ala o cola del águila, serán la cabeza.
Muchas de las enseñanzas de los Viejos Abuelos, las dejaron para que el pueblo encuentre equilibrio, paz y sustento. Así, nos legaron todo cuanto sabemos para ser "seres humanos" y ciudadanos.
Pero existen otros conocimientos, que también nos los dejaron los Viejos Abuelos y que no los puede conocer el pueblo, porque no los entendería. Estos conocimientos nos hablan de la cara oculta de las cosas. Por ello los he hecho subir hasta acá. Quiero que perciban la cara de la luna que no está iluminada. Si detienen sus pensamientos y miran con el corazón, podrán apreciar lo que está vedado para los ojos comunes. Quiero que sepan que como en la luna y el universo; así también en nuestro pueblo, en nuestro mundo, existen cosas que no se ven pero que siempre han estado ahí, que son parte importante de nuestro mundo. Estas cosas ocultas, no son menos o más importantes que las que conocemos. Lo importante es que forman parte de un todo, que ustedes pretenden alcanzar para florecer. Por ello es necesario que conozcan la parte complementaria de las cosas que integra el mundo.
En nuestra institución buscamos ponerlos al alcance de estos conocimientos, dependerá de su capacidad y virtud, de su compromiso