40 pares de jóvenes, el árbol inició su recorrido al pueblo. Por delante iban los sacerdotes dirigiendo los himnos y sahumando el camino, después los jóvenes con su árbol y al fin a los maestros e instructores. Cuando llegaron a las puertas del pueblo, ya los esperaban las mujeres con jícaras de chocolate fresco. Después llevaron al árbol al centro del pueblo. En la plaza, frente a la gran pirámide, previamente se había excavado un profundo foso, donde se levantaría el árbol. Fue el momento en que empezaron a sonar los caracoles marinos de los cuatro barrios, señal de que todos los hombres debían de ayudar a levantar el inmenso árbol, que todos llamaban "el fruto".
Los carpinteros pulieron el árbol y tres hombres colocaban hermosas figuras en papel amate. Al lado del tronco hacían las doncellas de "La Casa de las Jóvenes", una figura humana de semilla de amaranto con miel, a esta figura también se le decoraba con papeles y le ponían en las manos unas inmensas bolas de amaranto, a semejanza de tamales. La figura humana era puesta en el extremo del árbol, que quedaría en lo más alto. Finalmente era izado el árbol con muchas dificultades.
Esa tarde se reunían las familias en torno a los abuelos o los hermanos mayores. Era la tradición hacer un pan de maíz muy sabroso, que sólo en este día se hacía. Primero en cada casa y después en la plaza se hacía una ceremonia, en la que la alegría básica, era el esfuerzo que se hacía durante el año, para ser lo mejor de sí mismo y compartir el fruto. Entonces se hacía una gran fogata, que recordaba aquella en la que los Dioses se habían sacrificado y haciendo un acto de contrición, toda la familia primero y después el pueblo procuraba echar al fuego purificador sus pecados, malos deseos y pensamientos. "El fruto de ese sacrificio era la armonía y el bienestar familiar y colectivo".
Entrada la noche los jóvenes se preparaban para trepar al inmenso tronco, que además de pulido, tenía untada manteca de jabalí. Los más fuertes y mejor dotados, luchaban por llegar primero a lo más alto. Para la sorpresa de Águila Nocturna, fue Venado de la Aurora, el que llegó primero hasta la punta del tronco, desprendió las figuras y