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interés de los jóvenes aprendices; fue entonces que tomó nuevamente la palabra Águila Nocturna:

—Querido maestro; ¿Debemos entender entonces que el sacrificio es la energía que mueve al mundo? Los Dioses todo poderosos, se sacrificaron para que nosotros naciéramos, y tuviéramos Sol, Luna movimiento y sustento.

De alguna manera —respondió Espejo Humeante, ahora no se los puedo decir...no comprenderían. Pero lo cierto es que el sacrificio Espiritual, es la energía que mueve al universo que conocemos. Y creo que por hoy es suficiente pues ya es tiempo de ir a La Casa del Canto".

Pasaron dos lunas, en las que Águila Nocturna y Venado de la Aurora fueron a descansar con sus padres. Durante el día ayudaban en el campo, pero al atardecer se reunían a seguir platicando sobre sus orígenes. Fue una tarde en el patio de la casa de los padres de Águila Nocturna, que su primo le contó que su corazón se había quedado con una doncella llamada Paloma Pequeña, con quien se veía todos los días en la Casa del Canto. Venado de la Aurora le dijo a su primo que siempre se las arreglaba para tenerla de compañera en las danzas rituales y que su corazón estaba inquieto por verla nuevamente. Águila Nocturna guardó respetuoso silencio y recordó las palabras de su padre.

Nuevamente los jóvenes reanudaron su instrucción. Habían pasado diez años exactos desde que ingresaron a la Casa de los jóvenes. No solamente Águila Nocturna y Venado de la Aurora habían crecido y desarrollado sus cuerpos, todos los muchachos habían cambiado, tanto en lo físico como en lo espiritual y esto se apreciaba en su conducta.

Cierta ocasión que iniciaba la instrucción de la tarde, con su maestro Espejo Humeante, éste les habló de lo que era un sabio, con las palabras de los Viejos Abuelos.

—"El sabio: una luz, una tea
una gruesa tea que no ahúma.

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