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en él habrá hambres.

Este Sol su nombre cuatro movimiento
éste es nuestro Sol,
en el que vivimos ahora,
y aquí está su señal,
cómo cayó en el fuego el sol
de nuestro príncipe, en Tula
o sea de la Serpiente Emplumada."

—Quiere decir, venerable maestro, que han existido cuatro eras antes que la nuestra; que han existido cuatro humanidades, que nos han precedido aquí en la tierra"— exclamó azorado Venado de la Aurora.

Así es, que en verdad los viejos y sabios abuelos nuestros, dicen que nada nuevo hay bajo el Sol, que todo es una espiral interminable, como una gran serpiente cósmica; que todo es un constante repetir; que todo vuelve a pasar, pero ya no en el mismo tiempo... como nuestro calendario." Dijo Espejo Humeante en voz grave.

—Venerable Maestro —preguntó Águila Nocturna—. Si como dicen los Viejos Abuelos, que han existido cuatro intentos anteriores por encontrar la perfección humana en la tierra, ¿Cómo es que nace nuestra humanidad, nuestra gente, nuestra era?

—Bueno —respondió Espejo Humeante— He aquí el relato que solían contar los Viejos Abuelos:

"Cuando aún era de noche, cuando aún no había día, cuando aún no había luz, se reunieron, se convocaron los dioses, allá en la tierra donde el hombre aprende a ser Dios. Dijeron, hablaron entre si ¡Vengan acá, oh dioses¡ ¿quién tomará sobre sí, quien se hará cargo de que haya días, que haya luz? De todos los dioses, solo dos se ofrecieron; uno era el Señor de los caracoles, bello y hermoso; el otro era el Señor Purulento, pobre y lleno de heridas. Entonces los dos se pusieron a hacer penitencia.

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