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Vendrán tiempos de confusión y de orfandad. El recuerdo de La Serpiente Emplumada se irá borrando con el tiempo. Saldrá de las tinieblas su opuesto complementario y el Señor de la Noche reinará.

La armonía y la paz de los pueblos se verán perdida, la ambición y la envidia, penetrarán de nuevo los corazones de los seres humanos en la tierra. Las enseñanzas de la Toltecáyotl se perderán poco a poco, en las manos de los administradores y los sacerdotes, quienes dejarán de ser instrumento de la sabiduría milenaria y pasarán a servirse del poder y la autoridad. Sin sus maestros y con el tiempo, estas personas se convertirán en Señores y delimitarán sus dominios, volviendo a desencadenar las envidias y las ambiciones, con ellas llegarán nuevamente las guerras.

Los sacerdotes se apoderarán de la enseñanza divina y materializarán las diversas advocaciones de “Aquél por quien se vive”. Los sacerdotes de manejarán coludidos con los que se asumirán como Grandes Señores, en favor de sus intereses materiales y personales; se auto nombrarán la encarnación de La Serpiente Emplumada. Serán los inicios de la oscuridad que cubrirá todas las tierras que están rodeadas por las Grandes Aguas.

Entonces llegarán los bárbaros del Norte y se apoderarán de la parte superficial del antiguo conocimiento de los toltecas y de los corazones de nuestros hijos. Derrotarán a la Serpiente Emplumada y entronarán al Colibrí Zurdo, Señor de la Guerra y de la Materia.

Los bárbaros del Norte harán del sacrificio humano una institución y de la materia una religión. Transgredirán las milenarias normas de Los Viejos Abuelos toltecas. Y como cangrejos, usarán el caparacho de nuestra enseñanza pero caminarán para atrás.

Los bárbaros del Norte tratarán de borrar de la faz de la tierra nuestro recuerdo y se erigirán como señores y tratarán de pasar por nobles, viejos y sabios. Quemarán nuestros libros y harán una nueva historia, en dónde ellos usurparán nuestro noble linaje.

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