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Águila Nocturna al terminar de salir de las escaleras se encuentra en el edificio central de DAANY BEÉDXE. La vista es maravillosa; el cielo limpio y de un azul intenso le da la bienvenida.

Una voz conocida le dice "llegaste justo a tiempo, te estamos esperando para partir". El guerrero buscó a la voz y al voltear, encontró al Venerable Maestro de DAANY BEÉDXE. Serpiente de Estrellas fue aquel anciano que le habló a su segunda atención, cuando era todavía un niño y le dijo que lo esperaría a que llegara a La Montaña Sagrada y cumpliera con su destino.

Serpiente de Estrellas seguía siendo el mismo anciano que conoció cuando él apenas era un niño y sin ningún cambio físico, cuando fue su maestro en DAANY BEÉDXE.

Serpiente de Estrellas añadió, como leyendo los pensamientos del guerrero:

—Para un hombre de conocimiento, el tiempo ya no funciona de la misma manera que para los hombres comunes. Un hombre de conocimiento puede vivir en un día, diez años de vida común. El tiempo tiene intensidad y en un instante, se puede llegar a la eternidad.

Para ti pueden ser muchos años los que han pasado desde que nos conocimos, para mi podría ser muy poco tiempo. Un hombre de conocimiento aprende a comprimir el tiempo.

Águila Nocturna se encontraba con su Maestro, en el edificio central de la gran plaza de DAANY BEÉDXE. Salvo su persona, que denotaba el paso de los años, pues su cuerpo a pesar de seguir elástico había embarnecido, su cabello estaba encanecido y en su rostro, se había tallado una expresión de paz y sabiduría. Parecía que no había pasado todos esos largos años lejos de la montaña sagrada.

Águila Nocturna no solo había recuperado su memoria y con ello su identidad, en la piedra de la gruta del lugar de los muertos.

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