Águila Nocturna se encontraba en una cripta. Horadados en la pared, estaban unos nichos que contenían esqueletos humanos. En el centro estaba una superficie de piedra a manera de un rectángulo, donde cabía un cuerpo humano.
Toda la cripta estaba tallada en piedra, el techo en forma de arco, estaba decorado con figuras humanas, que iban en procesión. Luz de la Noche, invito a Águila Nocturna a acostarse sobre la piedra y le dijo:
—Pon la mente en blanco, silencia a tu corazón y aleja a la angustia. Todos vamos a morir, unos antes, otros después. Así que si vamos a morir, lo demás es lo de menos. Tranquilízate.
Efectivamente, el poder te está poniendo una prueba. No importa si sales victorioso o no de ella. Lo que importa es que seas impecable en resolverla. La impecabilidad implica hacer lo que debes hacer de la mejor forma. No ves, a la luz de la muerte nada es importante. Los que están aquí, fueron guerreros igual que tú. Como ves, sus victorias y sus derrotas, ahora de nada importan; lo único trascendente es que ellos fueron impecables y por eso sus despojos simbólicamente están aquí, como un testimonio de su lucha espiritual, para los que vamos atrás de ellos.
La diferencia entre un guerrero y un hombre común, es que el guerrero sabe que lo que está intentando, es imposible de realizar y cuando cae, se levanta y sigue luchando, sin entregarse y sin ninguna queja. El hombre común no conoce sus limitaciones y quiere todo y de todo y sin medida en la vida.
Es muy difícil tener todas las ideas claras en la vida, más aún, si es la de un Guerrero del Espíritu. Pídele consejo a tu muerte, ella siempre está a nuestro lado y observa todo cuanto hacemos. Hasta que llegue el día en que nos toque por la izquierda, con su mano descarnada. Pídele consejo a la muerte, si la haces tu amiga, ella siempre te aconsejará de la mejor forma, pues a la luz de su toque, todo cobra su verdadera dimensión y sentido.