debes hacer siempre, es tener paz con todos. Con nadie te disgustes y pelees, a nadie ofendas. Respeta a todo mundo, no provoques la ira de la gente, de nadie te burles; sé humilde ante todos, aunque digan de ti lo que quieran. Aprende a tener el control y el dominio de ti y tus pasiones; ante los ataques no respondas, logra poseer la inconmensurable fuerza del silencio y la templanza de la indiferencia.
Nunca seas como una culebra venenosa, no agredas a las personas aunque tengas motivos. Aprende a ser sufrido y sobrio !eso es lo difícil! que Dios te ve y responderá por ti y él te vengará; se humilde con todos, y con esto dios te recompensará y te dará honra. Lo tercero que debes hacer, es no perder el tiempo, porque perder el tiempo es perder la maravillosa oportunidad de la vida. que "Aquél por quien se vive" te puso en esta vida para aprovecharla; no pierdas ni el día ni la noche: Descansa cuando tengas que hacerlo y trabaja todo lo que tienes que hacer, sin prisa y sin pereza. Deja de preocuparte y tan solo, ocúpate en las cosas de provecho.
Amado hijo mío, bástenos esto, y con esto hago mi deber de padre. Si queda grabado en tu corazón o se olvida y se pierde; es tu responsabilidad. ¡Florece tu corazón, purifica tu espíritu!. Yo he hecho cuanto debía".
Águila Nocturna se despidió de su padre y fue al rincón de la habitación, extendió su petate, se acostó y cubrió con una ligera manta de algodón. La noche era fresca, el canto de los insectos arrullaba sus pensamientos.
Entendía que en ese día, había dejado atrás su infancia; los días de juegos y el amoroso trato con sus padres, no volverían jamás. En su pecho se encontraban dos sentimientos opuestos. Por una parte, sentía una inmensa nostalgia y tristeza, por el pasado; pero por otra, se despertaba una creciente emoción, por el futuro que le esperaba.
La Casa de los Jóvenes era un recinto muy impresionante, sobrio pero elegante, austero pero grande; como era la costumbre en todos los edificios públicos. Los Viejos Abuelos desde muchos atados de