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Después de observar los valles que rodean a DAANY BEÉDXE y que a su vez están circundados, por las inmensas montañas, se sentó encarando al Norte. A sus pies estaba la gran plaza, con la armonía de sus edificios y sus espacios, que unían a la tierra con el cielo, al fondo el edificio Norte con sus grandes columnas y su patio interior a desnivel, atrás, como centinelas milenarios, las azules montañas de la Sierra Norte.

Estaba contemplando el panorama, cuando escuchó la voz de su Maestro a sus espaldas —haz escogido un sitio incomparable y lleno de una energía especial. Serpiente de Estrellas, estaba parado atrás de su alumno, por lo que éste, al escuchar la voz se sobresaltó.

—Muchos guerreros, al igual que tú, escogieron este lugar para echar a volar el espíritu. Mira muchacho, el espíritu es como una ave preciosa que viven en nuestro cuerpo, a la que muy seguido hay que invitarla a salir para que vuele por este maravilloso mundo; de lo contrario se pone triste y en ocasiones se nos muere, sin que nos demos cuenta. Siempre que regresa de uno de estos revitalizantes vuelos, se pone a cantar en nuestros adentros y la vida, aunque es igual, se torna diferente, por los sonoros trinos que reverberan y nos hacen que brillen los ojos.

Y mientras tu avecilla anda volando por ahí, quiero aprovechar el momento para decirte algunas cosas.

Como sabes, a Los Viejos y Sabios Abuelos toltecas les debemos todo cuanto sabemos. A "La Fuerza", que es la energía que compone el mundo. Los habitantes del valle le llaman La Divinidad Suprema o “El Señor del Cerca y del Junto", porque siendo el dueño del espacio y la distancia, estando junto a todo, todo está también junto a él; "Noche Viento” porque es invisible como la noche e impalpable como el viento o simplemente “Por quien vivimos”. Pero en un segundo nivel de comprensión, otra forma de nombrar a “La Fuerza” es el de "La Dualidad Divina", que es la misma “Fuerza” pero representada en un par de opuestos complementarios, femenino y masculino. De “La

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