Página:DAlmeida Ciudad del Vicio.djvu/229

Esta página no ha sido corregida

LA CIUDAD DEL VICIO

en e! patio... Pero por mi espontánea voluntad no he de invertir el lucro de mis rimas en beneficio de las clases hambrientas, ahora que tanto exaltan el pan, primero ganado y después comido. Sí, dígales que iremos al Ze Deum en la catedral si las cose- chas fuesen buenas, que intentaremos no aumentar la lista civil, ni autorizar aumentos de impuesto más del duplo de los que están en vigor... Mire, mayor- domo,,ríase con ellos, pobrecitos, que lo pasan mal según infiero y son fieles y pasivos vasallos, confor- me afirman en su memorial de tantos del corriente... En cuanto al dinero, sí, tenemos pena, verdadera plu- ma de pato (1); pero bien lo vé el mayordomo, el dinero tiene un destino, ¡oh, síl un destino muy no- ble y ejemplar... Lo que vamos es a comprar harina, sudar el sudor del trabajo que dicen ahí ser tan amargo y sublime y con estas dos cosas amasare- mos pan de que nos iremos alimentando ellos y la corte...

El mayordomo, atónito, sin atinar con palabras de respuesta, estuvo lívido de asombro algunos mo- mentos; y jadeaba dentro del uniforme como un gran crustáceo en su concha.

—Pero, soberano señor, aventuró con miedo de

ver el proyecto realizado; ¿qué va a ser de Vuestra Majestad con semejante régimen?...

(1) Para entender bien el sentido de esta frase he de decir que Fialho hace un trocadilho o calembour con las palabras pe- nu (dolor, pena en español y también en portugués) y pera (plu- ma). Temos pena, sim, verdadeira pena ds pato... La frase así entera en portugués tiene sentido cómico con el juego de pala- bras que al pronunciarse suenan igual; en castellano pierde ese sentido.—/N. del T.

— 229 —