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FIALHOD”ALMETDA

de expedientes y dichos de viejos reyes, sus antepa- sados, en análogos lances de gobernación termento- sa. Y era muy de ver como tan venerables y polvo. rieatos sabios se embreñaban en diligencia para ver- ter del barril de la historia en el blanco corazón del Rey litros y litros del heroísmo de las primeras di- nastías.

En vano los cornetines sonoros de las bandas marciales venían a animarle con ofertas de marchas, himnos y mazurkas de superfina trama; lidiadores de toros le consagraban suertes de hierros cortos y ricas puntas de picas; directoras de colegio le daban celebridad exponiendo en los almacenes de modas retratos suyos en flecos con ojos de cuentas amarillas, y dorados ministros, escurridizos de po- mada odorífera en las mejillas, le certificaban, en co- plas retozonas, a la hora de la firma regia que todo marchaba en su reinado al trote; los súbditos na- dando en júbilo por verlo bien de salud junto con los niños; la rueda de la lotería andando al día si- guiente; y esa noche un rayo de piececita nueva en los Butos donde los descotes de las hembras no tenían principio ni fin...

Alientos de tan jocunda prosperidad que pavo- neaban de gloria al ministerio dejaban frío a Me- nelao, sombrío y más que nunca absorto en la es- tulta idea de abdicar... El ministerio consternado re. currió entonces a expedientes febriles, púsole biz- mas y sedales (1) dióle inyecciones, hizo desfilar ante

(1) Se sabe que sedal es en cirugía el cordón de seda o: de hilo que se pasa por entre la carne después de abrirla con una incisión para facilitar la evacuación de humores.—/N. de 7.

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