Página:DAlmeida Ciudad del Vicio.djvu/12

Esta página no ha sido corregida

FIALHO D'*ALMEJ]?]DA

Gor cautivo que en todos instantes suspira por la reja del arado...»

Después de ese año «le reposo, vuelve a Lisboa a terminar los cursos médicos, y convencido de que la «iesgracia se había cebado en la familia y de que na- die le podía ya valer, decidióse a bastarse a sí mis- mo. Vivió entonces de alguna colaboración suelta por Diccionarios y pequeñas hojas literarias. Habla él siempre de sí mismo, embozadamente, en tercera persona,a través de ese cuento que, para ser autobio- gráfico, tiene un tít::lo inmodesto en demasía: La tra- gediía de un hombre de genio oscuro. Dice que vivió de esa colaboración «y de las lecciones que iba dando a la"hora en que sus condiscípulos holgaban, descuida- dos, felices, bien comidos, bien vestidos, ignorando el martirio del pan ganado a patacos y los prodigios de energía heroica consumida en vencer economías de cigarros y de cenas, y en desaparecer, en fin, de todas partes donde el éxito ocupa lugar y donde po- dría notarse nuestro traje viejo, nuestra pelambrera crecida y nuestras botas roídas por los tacones ..»

¿Compréndese ahora la tristeza de Fialho y con cuan legítima queja le ha oído decir Raul Bran- dao: O que eu soffri! O que eu soffril... («¡Lo que yo sufrí, lo que yo sufríl...»)? Desde el año 1857 en que nació, hasta el año 1912 en que murió, pue- de resumirse su vida en esta frase: fué un continuo padecer... *

—12—