contra ellos; y asi apenas colocaron su estatua en el campo, cuando tres veces se levantó en el aire, teniendo siempre en su mano su égida y su lanza, salieron de sus ojos llamas de fuego, y sudó su cuerpo. Al punto el adivino Calcas, anunció que era necesario reembarcarse, y que nunca se tomaria á Troya, mientras no se tragesen de Argos nuevos auspicios, y no se volviese a llevar allá la Diosa que se habia transportado aquí. Por eso los griegos han vuelto á Micenas para conseguir nueva proteccion y nuevos oráculos, y bien pronto los vereis repasar la mar y presentarse cuando menos se piense. Tal es la disposicion de Calcas, quien en vez del Paladion para apaciguar la Diosa irritada, y expiar el crimen que habian cometido, les aconsejó que
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