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perseguido por Aquiles; pero al fin engañado por la Diosa Minerva que para ello habia tomado el semblante de Deifobo, resolvió esperar á Aquiles y combatir con él. Pereció en el combate y su enemigo tuvo la barbarie de atar el cadáver á su carro, y arrastrarle á la vista de sus padres y de su esposa Andrómaca.
Los troyanos consternados lloraban la muerte de su gefe, mientras que Aquiles y los de Tesalia derramaban lágrimas por Patroclo. Aquiles les dió un convite fúnebre, despues de lo cual se entregó al dolor, y por último le venció el sueño y se le apareció el alma de Patroclo. La mañana siguiente el rey Agamenon envió soldados con caballerías al monte Ida, para que cortasen y tragesen la leña necesaria para la Pira. Desde que esta