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de la antigüedad siguieron esta religion que para nosotros no es mas que un tegido de fábulas casi todas extravagantes, y aun los sabios la adoptaron públicamente. Los Poetas queriendo hermosearla la desfiguraron, y le quitaron aquella severidad primitiva que le habia dado el carácter de los Egipcios, de modo que se hizo una ficcion ingeniosa.
Su culto desapareció del todo al establecimiento del cristianismo en las naciones; pero nos ha dejado grandes recuerdos que afianzan su inmortalidad, como religion de las nobles artes; y las obras maestras de la antigüedad nos obligan á estudiarla con tanto interes como si fuesa todavía objeto de la adoracion de los hombres.
La mitología es necesaria para ha-
