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nombre de este esposo tan querido y tan llorado se ha dado despues á los sepulcros levantados á la grandeza y á la opulencia, y aun á los cenotafios que los representan llamándolos mausoleos. Artemisa no se contentó con estos testimonios de su ternura para con su esposo, sino que recogió religiosamente sus cenizas, y las mezcló con su bebida, como para servirles ella misma de sepulcro.
ALCESTES,
Admeto moria, y Alcestes consultó el oráculo sobre la muerte de su esposo adorado. No puede vivir, respondieron los Dioses, si nadie redime su vida con la suya. Alcestes se ofreció por él, y fué sacrificada; pero
