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Cuentos y cronicas
por las gentes de mar, porque... ¡pasan por tantos peligros! ¡van tan lejos! ¡son tan bravos y serenos, y cantan tan alegres canciones! Mas no, ella es la misma para todos.
Bajo su manto de oscuro metal se agrupan todas las oraciones. ¿Son muchas? El manto crece, se agranda, se agiganta. ¿Son más? Crecen tanto como si fuese el mismo cielo azul, constelado de gemas siderales. Allí cabe todo lo creado. Allí encuentra abrigo la plegaria de la humanidad, y el Angelus que reza cada crepúsculo de la tarde, el alma del mundo.
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