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CUENTOS VALENCIANOS
DIMÒNI
Desde Cullera á Sagunto, en toda la valenciana vega no había pueblo ni poblado donde no fuese conocido.
Apenas su dulzaina sonaba en la plaza, los muchachos corrían desalados, las comadres llamábanse unas á otras con ademán gozoso y los hombres abandonaban la taberna.
— ¡Dimòni! ¡Ya está ahí Dimòni!
Y él, con los carrillos hinchados, la mirada vaga perdida en lo alto y soplando sin cesar en la picuda dulzaina, acogía la rústica ovación con la indiferencia de un ídolo.
Era popular y compartía la general admiración con aquella dulzaina vieja, resquebrajada, la eterna compañera de sus