Página:Cuentos valencianos (1910).djvu/103

Esta página no ha sido corregida
97
CUENTOS VALENCIANOS

Me escuchó distraído; no tengo la seguridad de que llegara á enterarse de mis palabras. De pronto le vi extender su mano automáticamente y encasquetarse la caperuza en el cogote, como si sintiera horror al vacío que mostraba el cucurucho.

¡Qué grotesco era aquello! Lasbarbazas de apóstol, la mirada vaga y extraviada, y la puntiaguda caperuza por remate. Verdaderamente era ridículo... tan ridículo, que yo sentía un nudo en la garganta, y varias veces me froté los ojos para impedir que brotara algo.