Página:Cuentos para los hombres que son todavía niños.djvu/98

Esta página ha sido corregida
– 92 –

Cuídate de todo lo que reluce, el exceso de fulgor, es el mejor medio para dejar la mente en tinieblas.

Me es un deber prevenirte, no tengas muchos amigos; ten presente que cuando el diablo reza engañarte quiere.

No des gran importancia a los seres humanos, ayúdalos siempre, consuélalos cuando puedas. Tampoco tomes estrictamente los consejos y alabanzas. Los primeros, rara vez son desinteresados; las segundas, son armas definitivas para lograr un propósito. El hombre es suceptible de engañarse. Me parece acertada la comunión con la naturaleza; ella es fuente insondable de sabiduría; si te fijas bien, encontrarás en sus gestos la enseñanza que precises para allanar tus dificultades.

Observa también a tus inferiores; en más de una ocasión te servirán ellos de provecho. Nada hay bajo el sol que no encierre un ejemplo.