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CAPERUCITA ROJA




¡Caperucita Roja!

¡Pobre muñeca rubia, cuya historia tanto hemos escuchado sin penetrar nunca la tragedia de su alma de flor!

Como ustedes saben, Caperucita era buena, pero curiosa. Amó demasiado la plática del lobo en la soledad del bosque, olvidando los buenos consejos de su madre. ¡Era tan melífluo el ladi-