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III


La Prensa, apoyada en gubernativas afirmaciones absolutas, había desmentido que en la provincia de Badajoz estuviesen ni hubiesen estado nunca los bandidos. El Pernales seguía por junto a Carmona; y al Trianero, la Guardia Civil acababa de batirlo en Huelva. Rateros harapientos, en suma, los que engendraron la alarma; hambrientos infelices que robaron mulas y bellotas tiempo atrás.

La tranquilidad reflorecía. El principio de una primavera hermosa llenaba de gente estos campos. Los cazadores del perdigón salían al alba, y al anochecer, solos, sin temor alguno ya a los forajidos. Las carreteras tornaban a animarse con los automóviles, con los carruajes en que paseaban su alborozo las muchachas, con los caballos tordos, negros, blancos, con las bicicletas.

Grú... grú... grú...» avisaba atrás un automóvil.

Era el Dion Bouton de Marcial. Segundo