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164 — Felipe Trigo

— ¿Yo? Ya ves, era muy pequeña... Corrí gritando y vi que no tenía sangre cuando se la llevaban. Unos caballeros del público me cogieron en brazos, asegurándome que se había desmayado solamente.

Doblaba la niña la cabeza, recordando, y Rodrigo no insistió, mostrando con el silencio el respeto a sus dolores. Pero quiso cortarlos al fin, y le rogó que le explicase algunos números de la función de esta noche, cuyo programa volvió a sacar.

Elia empezó, con su humildad galante de siempre:

— Mira, la Hija del Aire son vuelos en dos trapecios [1], colocados sobre una red. Suben los Leotard, dos hermanos, y en seguida ella...

  1. traprecios, en el texto original.