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Cuentos grises 31

agente de policía que estaba en la puerta de la fonda. ¡Nadie había pasado!

Entonces huí de allí como de un lugar maldito y corrí al parque en donde bullía el gentío y tocaba la banda militar. Y al palpar allí la grosera realidad de la vida, experimenté la satisfación del que despierta de una pesadilla, después de haber viajado por el país de la muerte y del misterio.