Página:Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.pdf/83

Esta página no ha sido corregida
73
Cuentos de Grimm.

¿No podríais, repuso el rey, esplicarme todo lo que me amais? Así sabré cuáles son vuestros sentimientos.

La mayor dijo:

—Amo á mi padre como al azúcar más dulco.

La segunda:

—Amo á mi padre como al vestido más hermoso.

Pero la menor guardó silencio.

—¿Y tú, dijo su padre, cómo me amas?

—No sé, respondió, y no puedo comparar mi amor á nada.

. Pero el padre insistió en que designara un objeto. Al fin dijo:

—El mejor de los manjares no tiene gusto para mí si carece de sal; pues bien, yo amo á mi padre como á la sal.

—Puesto que me amas como á la sal, recompensaré tambien tu amor con sal. Repartió su reino entre sus dos hijas mayores, é hizo atar un saco de sal á la espalda de la más jóven, y mandó á dos criados que la condujesen á un bosque inculto. Todos nosotros hemos llorado y suplicado por ella, mas no ha habido medio de apaciguar la cólera del rey.

¡Cuánto ha llorado, cuando ha tenido que separarse de nosotros! Ha sembrado todo el camino con las perlas que han caido de sus ojos. El rey no ha tardado en arrepentirse de su crueldad, y ha hecho buscar á la pobre niña por todo el bosque, pero nadie ha podido encontrarla. Cuando pienso en si se la habrán comido las fieras salvajes no puedo vivir de tristeza; á veces me consuelo con la esperanza de que vive todavía y que está oculta en una caverna, Ó que ha encontrado un asilo entre personas caritativas. Pero lo que me admira es que cuando he abierto vuestra caja de esmeralda encerraba una perla semejante en todo á las que caian de los ojos de mi hija, por lo que podeis imaginar cuánto