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Cuentos de Grimm.

Al anochecer saltó las paredes del huerto de la hechicera, cogió en un momento un puñado de ruiponche, y se lo llevó á su mujer, que hizo en seguida una ensalada y se lo comió con el mayor apetito. Pero la supo tan bien, tan bien, que al dia siguiente tenia mucha mas gana todavía de volverlo á comer; no podia tener descanso si su marido no iba otra vez al huerto. Fué por lo tanto al anochecer, pero se asustó mucho, porque estaba en él la hechicera.

—¿Cómo te atreves, le dijo encolerizada, á venir á mi buerto y á robarme mi ruiponche como un ladron? ¿No sabes que puede venirte una desgracia?

—¡Ah! la contestó, perdonad mi atrevimiento, pues lo he hecho por necesidad. Mi mujer ha visto vuestro ruiponche desde la ventana, y se la ha antojado de tal manera que moriria si no lo comiese.

61 La hechicera le dijo entonces deponiendo su enojo.

—Si es así como dices, coje cuanto ruiponche quieras, pero con una condicion: tienes que entregarme el hijo que dé á luz tu mujer. Nada le faltará, y le cuidaré como si fuera su madre.

El marido se comprometió con pena, y en cuanto vió la luz su hijo le presentó á la hechicera, que puso á la niña el nombre de Ruiponche y se la llevó.

Ruiponche era ls criatura mas hermosa que ha habido bajo el sol. Cuando cumplió doce años la encerró la hechicera en una torre que había en un bosque, la cual no tenia escalera ni puerta, aino únicamente una ventana muy pequeña y alta. Cuando la hechicera queria entrar se ponia debajo de ella y decia:

Ruiponche, Ruiponche, echa tus cabellos subiré por ellos.

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