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Cuentos de Grimm.

—Permaneceré & tu lado mientras vivas, y no carecerás de nada.

En aquel momento entró el corzo saltando, su hermanita le ató con la cuerda de juncos, tomó la cuerda en la mano, y salió con él de la casa.

El rey llevó á la joven á su palacio, donde se celebró laboda con gran magnificencia, y desde entonces fue S. Mla reina y vivieron juntos mucho tiempo. El corzo estaba muy bien cuidado y saltaba y corria por el jardin del palacio; sin embargo, su malvada madrastra, que habia sido la causa de que los dos niños abandonaran la casa paterna, é imaginaba que la hermanita habia sido devorada por las fieras del bosque y que su hermanito, convertido en corzo, babia sido muerto por los cazadores, cuando supo que eran tan felices, y vivian con tanta prosperidad, se despertaron en su corazon el odio y la envidia, comenzando á agitarle é inquietarle, y se dedicó á buscar con el mayor cuidado un medio para hundir á los dos en la desgracia. Su hija verdadera, que era tan fea como la noche y solo tenia un ojo, la reconvenia diciéndola:

—La ventura de llegar á ser reina es á mí á quien pertenece.

—No tengas cuidado, la dijo la vieja, procurando apaciguarla; cuando sea tiempo, me hallarás pronta á servirte.

L

En efecto, en cuanto llegó el momento en que la reina dió á luz un hermoso niño, como el rey estaba de caza, la hechicera tomó la forma de una doncella, entró en el cuarto en que se hallaba acostada la reina y la dijo:

—Venid, vuestro baño está cerca, os sentará muy bien, y os dará muchas fuerzas; pronto, antes que se enfrie.

Acompañada de su hija, llevó al baño á la reina conva-