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Cuentos de Grimm.

Entonces dijo el hermanito:

—Tengo sed, hermanita, si supiera dónde hay una fuente, iria á beber. Me parece que he oido sonar una.

Se levantó el hermanito, tomó á su hermanita de la mano y se pusieron á buscar la fuente. Pero su malvada madrastra era hechicera, habia visto marcharse a los dos hermanitos, habia seguido sus pasos á hurtadillas, como hacen las hechiceras, y habia echado yerbas encantadas en todas las fuentes de la selva. En cuanto encontraron una fuente que corria murmurando por entre las piedras, el hermanito quiso beber, pero la hermanita oyó decir la fuente por lo bajo.

á —El que de mi agua bebe, tígre se vuelve; el que de mi agua bebe, tígre se vuelve.

La hermana le dijo:

—Por Dios, hermano, no bebas, pues te volverás tígre y me harias pedazos.

El hermanito no bebió aunque tenia mucha sed, y dijo:

—Esperaré hasta llegar á otra fuente.

Cuando llegaron á la segunda fuente, la oyó decir la hermanita:

—Quien de mi agua bebe, lobo se vuelve; quien de mi agua bebe, lobo se vuelve.

La hermanita le dijo:

—No bebas por Dios, hermanito, pues te volverias lobo y me comerias.

El hermanito no bebió, y dijo:

—Esperaré hasta que lleguemos á la primera fuente, pero entonces beberé aunque digas cuanto quieras, pues estoy seco de sed.

Cuando llegaron a la tercera fuente, la hermanita la oyó murmurar estas palabras: