EL JUDIO EN LAS ESPINAS.
Un hombre rico tenia un criado que le servia con la mayor fidelidad: : era el primero que se levantaba por la mañana, y el último que se acostaba por la noche: Cuando habia alguna cosa difícil que hacer, de que huian los otros, se ponia siempre á ejecutarla sin vacilar; nunca se quejaba y siempre estaba contento y alegre. Al espirar el plazo de su ajuste, no le pagó su amo. Con esta astuta conducta, pensaba para sí, ahorro mi dinero, y no pudiendo marcharse mi criado, queda á mi servicio.
El criado no reclamó; el segundo año pasó como el primero, tampoco recibió su salario; pero no dijo nada y continuó con su amo.
Al terminar el tercer año, el amo acabó por acordarse; llevó la mano á su bolsillo pero no sacó nada. El criado se decidió por último á decirle: Señor, os he servido fielmente durante tres años; sed bastante bueno para darme lo que en justicia me pertenece; quiero marcharme á ver el mundo.
—Sí, amigo mio, sí, le respondió su avaro amo; si, tú me has servido bien y te se pagará bien.