—Cabrita, has comido bien?
A lo que respondió la cabra.
¿Como habia de comer, sino he hecho mas que correr sin hallar una hoja que pacer?
¡Beh! ¡bé!
—¡Miserable! esclamó el sastre, dejar en ayunas á animal tan bueno y puso tambien en la calle á palos á su hijo segundo.
Tocó al hijo menor al dia siguiente que para hacer bien las cosas buscó sotos provistos de buenas yerbas, en los que puso á comer á la cabra. Por la noche cuando se trató de volver, la preguntó.
—¿Has comido cabra?
A lo que contestó:
Vamos á cusa, la ató.
203 Estoy atascada, Saciada, ¡Bah! ¡ba!
dijo el jóven, y la llevó al establo, y ¿Ha comido la cabra, todo lo que necesitaba? pregunté el sastre.
—¡Ah! contestó el hijo, está atascada y saciada.
Pero el sastre que no tenia confianza fué al establo, y preguntó.
—¿Has comido bien, cabrita?
Pero el malvado animal contestó:
¿Como habia de comer, sino he hecho mas que correr "