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Cuentos de Grimm.

La mujer se marchó desesperada, pero se la apareció en sueños la cabaña de la vieja; á la mañana siguiente se puso en camino y contó su pena á la buena hada. La vieja la dió una flauta de oro la dijo:

—Espera hasta la luna llena; entonces, coges esta flauta, te pones á la orilla del estanque, tocas un rato y cuando hayas concluido la dejas en la arena, y verás lo que sucede.

La mujer hizo lo que la habia dicho la vieja. Apenas habia dejado la flauta en la arena, comenzó á moverse el fondo del agua, se levantó una ola, se adelantó hácia la orilla y se llevó la flauta. Poco despues se entreabrió el agua, y no sólo subió á la superficie la cabeza del cazador, sino todo él hasta la mitad de su cuerpo.

Estendió sus brazos háciaella con ardoroso amor, pero vino una segunda ola con grande estrépito, le cubrió y le arrastró al fondo.

—¡Ah! dijo la desgraciada mujer ¿de qué me sirve ver á mi amado, para perderle en seguida?

Llenose de nuevo su corazon de tristeza, pero un sueño la indicó por tercera vez la cabaña de la anciana. Se puso en camino y el hada la dió una rueca de oro, la consoló y la dijo:

—Todavía hay esperanza: aguarda hasta que llegue la luna llena; entonces tomas la rueca, te colocas en la orilla é hilas hasta que hayas llenado el uso; cuando concluyas coloca la rueca junto á el agua y verás lo que sucede.

La muger siguió el consejo punto por punto: en cuanto llegó la luna llena, llevó la rueca de oro orilla del agua é hilo con mayor actividad hasta que hubo concluido todo la su lino y el hilo llenó el huso.

Apenas dejó la rueca junto á la orilla, so removió el fon-