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Cuentos de Grimm.

Volvió la mujer á su casa, pero transcurrió mucho tiem po antes de llegar la luna llena; al fin brilló en el cielo el redondo disco; fué entonces á la orilla del estanque, se sento y pasó el peine de oro por sus largos cabellos negros, y cuando hubo concluido se sentó junto al agua. Poco despues comenzó á moverse el fondo, se levantó una ola, rodó bácia la orilla y se llevó el peine. Aun no habria podido 232 tocar al fondo cuando se abrió el espejo del agua y subió á la superficie la cabeza del cazador; no habló, pero dirigió á su mujer una mirada llena de tristeza. En el mismo instante se levantó con grande ruido una segunda ola y cubrió la cabeza del cazador. Todo desapareció en seguida, el estanque quedó tranquilo como anteriormente y la faz de la luna volvió á brillar en él.