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Cuentos de Grimm.
La caritativa niña pensó para sí:
—La noche es muy oscura, nadie me verá, bien puedo darle mi camisa.
Y se la dió tambien.
Ya no la quedaba nada que dar. Pero en el mismo instante comenzaron á caer las estrellas del cielo y al llegar á la tierra se volvian hermosas monedas de oro y plata, y aunque se había quitado la camisa se encontró con otra enteramente nueva y de tela mucho mas fina. Reunió todo el dinero y quedó rica para toda su vida.