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Cuentos de Grimm.

que el picarillo queria divertirse á sus espensas, volvieron atrás y le dijeron por lo bajo:

—Déjate de bromas, pásanos algo.

203 Entonces Tom se puso á gritar con todas sus fuerzas :

—Voy á dároslo todo: abrid las manos.

La criada oyó bien claro esta vez, saltó de la cama y corrió á la puerta. Los ladrones, viendo esto, echaron á correr como si el diablo se les hubiera aparecido; no oyendo nada mas la criada, fué á encender una luz. Cuando volvió, Tom Pouce se fué á ogultar en la pajera sin que le viese. La criada, despues de haber registrado todos los rincones sin descubrir nada, fué á acostarse, y creyó que habia soñado.

Tom Pouce habia subido al heno, donde se arregló una camitá; pensaba descansar allí hasta el dia, y volver en seguida á casa de sus padres. ¡Pero debia sufrir tantas pruebas todavía! ¡Hay tanto malo en el mundo! La criada se levantó á la aurora, para dar de comer al ganado. Su primera visita fue á la pajera, cogió un brazado de heno con el pobre Tom Pouce dormido dentro. Dormia tan profundamente, que no se apercibió de nada, y no despertó hasta que estaba en la boca de una vaca que le habia cogidą con un puñado de heno. Creyó en un principio que habia caido dentro de un molino, pero comprendió bien pronto donde se hallaba en realidad. Evitando dejarse mascar entre los dientes, concluyó por deslizarse por la garganta á la panza. La habitacion le parecia estrecha, sin ventana, y no veia ni sol ni luz. La morada le desagradaba mucho, 3 lo que complicaba mas su situacion, es que bajaba siempre nuevo heno, y el espacio se le hacia mas estrecho cada vez.

Lleno de terror, gritó al fin lo mas alto que pudo :