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Cuentos de Grimm.

—Entonces, dijo el barquero, haz el favor de decirme si debo permanecer siempre en este puesto sin ser relevado Dunca.

193 —Espera, le contestó; y te lo diré á mi regreso.

Al otro lado del agua encontró la boca del infierno estaba negra y llena de humo. El diablo no se hallaba en su casa, pero encontró á su patrona, que estaba sentada en un sillon grande.

—¿Qué quieres? le preguntó, con un tono bastante dulce.

—Necesito tres pelos de oro de la cabeza del diablo, sin lo cual no puedo vivir con mi mujer.

—Mucho pedir es eso, le dijo, y si el diablo te ve cuando entre, pasarás un rato muy malo; sin embargo, tengo interés por tí, y voy procurar ayudarte.

Le convirtió en hormiga y le dijo:

á —Ocúltate en los pliegues de mi vestido; aquí estarás seguro.

—Gracias, la contestó; creo que esto va bien; pero necesito ademas saber tres cosas; porque una fuente que manaba siempre vino, no mana ya ni aun agua; porque un árbol que daba manzanas de oro, no produce ya ni aun hojas, y si cierto barquero debe permanecer siempre en su puesto sin ser relevado nunca.

Esas son tres preguntas muy difíciles, pero no tengas cuidado, está con atencion á lo que diga el diablo cuando le arranque los tres pelos de oro.

Por la noche volvió el diablo á su casa, y apenas habia entrudo, notó un olor estraño..

—¿Qué hay aquí de nuevo? dijo; huele á carne humana.

Registro todos los rincones, pero sin encontrar nada, y y la patrona le armó una quimera.