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Cuentos de Grimm.

una caverna de ladrones, y si te encuentran aquí, morirás sin remedio.

—A Dios gracias, dijo el jóven, no tengo miedo, y además estoy tan cansado que me es imposible ir mas lejos.

Se echó en un banco y se durmió; poco despues llegaron los ladrones y preguntaron incomodados por qué se hallaba allí aquel forastero.

—¡Ah! dijo la vieja, es un pobre niño que se ha perdido en el bosque y le he recibido por compasion; lleva una carta á la reina.

Los ladrones pidieron la carta para leerla, vieron que contenia la orden de dar muerte al portador. A pesar de la dureza de su corazon se compadecieron del pobre diablo; el capitan rompió la carta y puso otra en su lugar, en que decia que tan pronto como llegase se casara al jóven con la hija del rey. Despues los ladrones le dejaron dormir en el banco hasta la mañana siguiente, y en cuanto despertó, le entregaron la carta y le enseñaron el camino.

Apenas recibió la carta; ejecutó la reina lo que se decia en su contenido, se celebraron las bodas con magificencia, la hija del rey— se casó con el niño nacido de pie, y como era guapo y amable vivia á gusto con él.

Algun tiempo despues volvió el rey á su palacio y vió que se habia cumplido la prediccion, y que el niño nacido de pie se hubia casado con su hija.

—¿Cómo habeis hecho eso? dijo; yo habia dado en la carta una órden muy diferente.

La reina le enseñó la carta, y le dijo que podia ver lo que contenia.

La leyó y vio que habian cambiado la suya.

Preguntó al jóven lo que habia hecho de la carta que le habia entregado, y por qué habia dado otra.