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Cuentos de Grimm.

te con el que no contaba. Pero la caja, en vez de irse á fondo, comenzó á flotar como un barquichuelo sin que entrase en ella ni una sola gota de agua; la corriente la arrastró hasta dos leguas mas allá de la capital, donde se detuvo junto á la esclusa de un molino. Un criado del molinero, que se hallaba allí por casualidad, la vió la sacó con un garfio, esperando encontrar al abrirla grandes tesoros, pero se halló con un niño muy bonito, despierto alegre. Le llevó al molino, y el molinero y su mujer, que no tenian hijos, le recibieron como si se le hubiera enviado Dios. Trataron muy bien huerfanito, que creció en su casa en fuerzas y en buenas cualidades.

Sorprendido un dia el rey por una tempestad, entró en el molino, y preguntó al molinero si era hijo suyo aquel jóven.

1 —No señor, le contestó, es un espósito que hemos encontrado en una caja que arrastró el agua hasta la esclusa del molino hará unos catorce años; mi criado le sacó del agua.

El rey conoció entonces que este era el niño que habia nacido de pie y que arrojó él al rio.

—Buenas gentes, les dijo; ¿uo podria este jóven llevar una carta de parte mia á la reina? Le daré dos monedas de oro por su trabajo.

—Lo que mande V. M., le contestaron, y dijeron al jóven que se preparase para ponerse en camino.

El rey envió á la reina una carta en que la mandaba prender al portador, darle muerte y enterrarle, de manera que á su regreso lo encontrase hecho todo.

El muchacho se puso en camino con la carta, pero se estravió y llegó por la noche á un bosque muy espeso. A lo lejos distinguió una débil luz en medio de las tinieblas,