Página:Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.pdf/146

Esta página no ha sido corregida
136
Cuentos de Grimm.

—Escucha, Juan, le dijo el carnicero: si quieres, por complacerte, cambiaré mi cerdo por tu vaca.

—Dios os premie vuestra buena accion, contestó Juan, dió su vaca al carnicero. Poniendo éste su cerdo en el suelo, dió á Juan en la mano la cuerda con que le llevaba atado.

136 Juan continuó su camino, pensando en su buena estrella; tenia una dificultad y en seguida estaba vencida; en esta situacion encontró á un joven que llevaba debajo del brazo un hermoso ganso blanco. Se saludaron y Juan comenzó á referir aus aventuras y los buenos cambios que habia hecho. El jóven le contó á su vez que llevaba aquel ganso para celebrar un bautizo.

—Mirad, le dijo cogiéndole por las alas; ¡mirad qué peso! Es verdad que le han estado cebando dos meses seguidos; al que coma de este ganso le correrá la grasa por los dos lados de la boca.

—St, dijo Juan, pesa bastante; pero mi cerdo tiene tambien su mérito.

El jóven comenzó entonces á menear la cabeza, mirando con precaucion á todos lados.

—Escuchad, le dijo, el cambio de ese cerdo podria dar márgen á otro mucho peor para vos; en la aldea por donde acabo de pasar han robado en este misme momento uno del corral del alcalde; mucho me temo que sea el mismo que llevais. Han enviado emisarios á recorrer los caminos, y seria una desgracia muy grande para vos si os cogiesen con ese animal; lo mejor que os pudiera suceder seria que os metieran en un calabozocomenzaba —¡Ay, Dios mio! contestó el pobre Juan, que á temblar de miedo; ¡tened compasion de mí! Si me quisiérais hacer un favor, cambiaríais mi cerdo por vuestro pato.