Página:Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.pdf/138

Esta página no ha sido corregida
128
Cuentos de Grimm.

—¿Qué estais haciendo? continuaba. ¿No veis que no s tiene aplomo ninguna de esas maderas? ¿Creeis que sostendrán esas vigas? Todo eso caerá cuando menos se piense.

Va fi quitar el hacha de mano de un carpintero para enseñarle lo que debe hacer; pero acierta á pasar entonces por allí un carro cargado de tierra y tira el acha para correr tras el carretero.

128 —Estás loco, le grita, ¿dónde tienes los sentidos para uncir esos potros á un carro tan cargado? Los pobres animales van á reventar en seguida..

No le contesta el carretero y el señor Såbe—lotodo vuelve á su tienda muy incomodado.

Cuando va á sentarse, un aprendiz le presenta un zapato.

¿Qué es eso? le grita; quo te he prohibido cortar los zapatos tan bajos? ¿quién ha de comprar semejante calzado?

¡No tiene más que suela! Quiero que mis órdenes se ejecuten al pie de la letra.

—Es indudable que tiene usted razon, señor maestro, le responde el aprendiz; este zapato no vale nada, pero es el que usted mismo acaba de cortar; le ha dejado caer cuando se levantó y no le he tocado mas que para cogerle del suelo. Pero un ángel del cielo no conseguiria darle gusto á usted.

Sábelo—todo soñó una noche que se habia muerto y que se hallaba en el camino del Paraiso. Al llegar a la puerta llamó abrió San Pedro para ver quién era el que llamaba.

—¡Ah! sois vos? le dijo; podeis entrar, señor Sabelo—todo, pero os advierto que no critiqueis nada de lo venis en que el cielo, pues de lo contrario os puede suceder alguna desgracia.