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Las tres hilanderas.

Allá en aquellos tiempos habia una jóven muy perezosa que no queria hilar. Su madre se incomodaba mucho; pero no podia hacerla trabajar. Un dia perdió la paciencia de manera que llegó á pegarla, y su hija se puso á llorar á gritos. En aquel momento pasaba por allí la Reina, y oyendo los sollozos, mandó detener su coche y entró en la casa preguntando á la madre por qué pegaba á su hija con tanta crueldad, que se oían en la calle los lamentos de la niña. La mujer, avergonzada, no quiso contarla la pereza de su hija, y la dijo:

—No puedo hacerla que suelte el huso ni un solo instante, quiere estar hilando siempre, y yo soy tan pobre que no puedo darla el lino que necesita.

—Nada me gusta tanto como la rueca, la respondió la reina; el ruido del huso me encanta, dejadme llevar á vuestra hija á mi palacio, yo tengo lino suficiente é hilará todo lo que quiera. La madre consistió en ello con el mayor placer, y la Reina se llevó á la joven.

En cuanto llegaron á palacio la condujo á tres cuartos que estaban llenos de arriba abajo de un lino muy hermoso.